he oído decir que lo importante no es lo que sientes, que lo verdaderamente importante es lo que piensas. y en alguna ocasión he hecho la prueba, y he despreciado mi sensibilidad, y he despreciado mis sentimientos, y mis mohines poéticos, y este -sentir para los demás- y después me he puesto a pensar. y me pongo a pensar fríamente, objetivamente. y al poco rato de estar pensando así, siempre acabo empozado en -la inutilidad de todo- y sólo pienso en la absoluta inutilidad de todo, y en que todo es inútil, y no salgo de eso. y también he oído decir, o lo he leído por alguna parte, que la única razón de nuestra existencia es encontrar a alguien, o encontrar algo, lo que sea, que nos proporcione esa -sensación de sentido- y yo había encontrado a esther, a mi pequeña asíntota -mi más pequeña y querida asíntota- y aunque esther me hubiese abandonado tan pronto, y con tanta ligereza y despreocupación, podía considerarme muy afortunado de haberla conocido y de haberla estrechado entre mis brazos, y de sentir durante unas cuantas semanas, apenas dos meses, el universo entero y vivo fluyendo por mis venas...

el afinador de habitaciones

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