van gogh
tengo el lomo irisado
de las pasiones más tercas
y la engañosa voz de la bondad
un pitido que esponja las narices y
encumbra por momentos
ya el satén ya la seda
en fin
tengo las cuarteadas manos corchos de lejía
y el corazón acostumbrado al suelo
mi idioma neutro y reventado de patas
el aire
el aire no lo trago
varada de playas
me recuesto en la arena más negra
y desde allí sueño
como las barcas sueñan
con hombres que las adentran en el mar
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